¿Aforismos automáticos? Tomamos de Georges Perec esta fórmula para plantear respecto del lenguaje la misma pregunta con la que él concluye: «¿Dónde está el pensamiento? ¿En la fórmula? ¿En el léxico? ¿En la operación que los enlaza?»
Marcel Benabou (Un aphorisme peut en cacher un autre, Bibliothèque Oulipienne, n° 13, 1980) concibió una máquina para fabricar aforismos; ella se compone de dos partes: una gramática y un léxico.
La gramática cuenta con cierta cantidad de fórmulas comúnmente utilizadas en la mayor parte de los aforismos; por ejemplo:
• A es el camino más corto de B a C.
• A es la continuación de B por otros medios.
• Un poco de A nos aleja de B, mucho nos acerca.
• Los pequeños A hacen los grandes B.
• A no sería A si no fuera B.
• La felicidad está en A, no en B.
• A es una enfermedad cuyo remedio es B.
Etcétera.
El léxico enumera pares (o tríos, o cuartetos) de palabras que pueden ser falsos sinónimos (amor/amistad, palabra/lenguaje), antónimos (vida/muerte, forma/fondo, recuerdo/olvido), palabras fonéticamente próximas (fe/ley, amor/humor), palabras agrupadas por el uso (crimen/castigo, hoz/martillo, ciencia/vida), etcétera.
Si se inyecta el vocabulario en la gramática se produce ad libitum un sinfín de aforismos, algunos con más sentido que otros. De aquí en adelante, un programa de computación elaborado por Paul Braffort produce a pedido una buena docena en pocos segundos:
• El recuerdo es una enfermedad cuyo remedio es el olvido.
• Lo que viene por el recuerdo se va por el olvido.
• Los pequeños olvidos hacen los grandes recuerdos.
• El recuerdo multiplica nuestras penas, el olvido nuestros placeres.
• El recuerdo libera del olvido, pero, ¿quién nos librará del recuerdo?
• La felicidad está en el olvido, no en el recuerdo.
• Un poco de olvido nos aleja del recuerdo, mucho nos acerca.
• El olvido reúne a los hombres, el recuerdo los separa.
• El recuerdo nos engaña con mayor frecuencia que el olvido.
Etcétera.
¿Dónde está el pensamiento? ¿En la fórmula? ¿En el léxico? ¿En la operación que los enlaza?
Perec, Georges. Pensar/Clasificar. Barcelona: Gedisa, 1986, pp. 124-125.
Marcel Benabou (Un aphorisme peut en cacher un autre, Bibliothèque Oulipienne, n° 13, 1980) concibió una máquina para fabricar aforismos; ella se compone de dos partes: una gramática y un léxico.
La gramática cuenta con cierta cantidad de fórmulas comúnmente utilizadas en la mayor parte de los aforismos; por ejemplo:
• A es el camino más corto de B a C.
• A es la continuación de B por otros medios.
• Un poco de A nos aleja de B, mucho nos acerca.
• Los pequeños A hacen los grandes B.
• A no sería A si no fuera B.
• La felicidad está en A, no en B.
• A es una enfermedad cuyo remedio es B.
Etcétera.
El léxico enumera pares (o tríos, o cuartetos) de palabras que pueden ser falsos sinónimos (amor/amistad, palabra/lenguaje), antónimos (vida/muerte, forma/fondo, recuerdo/olvido), palabras fonéticamente próximas (fe/ley, amor/humor), palabras agrupadas por el uso (crimen/castigo, hoz/martillo, ciencia/vida), etcétera.
Si se inyecta el vocabulario en la gramática se produce ad libitum un sinfín de aforismos, algunos con más sentido que otros. De aquí en adelante, un programa de computación elaborado por Paul Braffort produce a pedido una buena docena en pocos segundos:
• El recuerdo es una enfermedad cuyo remedio es el olvido.
• Lo que viene por el recuerdo se va por el olvido.
• Los pequeños olvidos hacen los grandes recuerdos.
• El recuerdo multiplica nuestras penas, el olvido nuestros placeres.
• El recuerdo libera del olvido, pero, ¿quién nos librará del recuerdo?
• La felicidad está en el olvido, no en el recuerdo.
• Un poco de olvido nos aleja del recuerdo, mucho nos acerca.
• El olvido reúne a los hombres, el recuerdo los separa.
• El recuerdo nos engaña con mayor frecuencia que el olvido.
Etcétera.
¿Dónde está el pensamiento? ¿En la fórmula? ¿En el léxico? ¿En la operación que los enlaza?
Perec, Georges. Pensar/Clasificar. Barcelona: Gedisa, 1986, pp. 124-125.